Artículo de LA TRIBUNA de Marbella, del 18 de octubre de 2005 por A.B Rodriguez
Un grupo de odontólogos hallan el origen de patologías en la masticación y respiración
¿Su hijo respira por la boca? ¿Duerme con la boca abierta? ¿Los dientes le han salido uno encima del otro? ¿Posee pie plano? ¿Se orina en la cama? ¿Es hiperactivo? Éstas y muchas otras preguntas, no solamente en niños sino extensivas a todo ser humano cualquiera que sea su edad, poseen respuesta en el estudio de la biología de la boca, según señala un grupo de investigadores, entre los que se encuentra Pablo Araneda, residente en Marbella desde 1998. En opinión de estos médicos, «se hace imprescindible e impostergable una profunda revisión en los cimientos de nuestra Medicina actual». Para ello es necesario ver el organismo humano como una unidad donde ninguna parte, ni la más pequeña es irrelevante para el todo. Esto es, concebir el cuerpo como «una unidad indivisible.» Partiendo de este planteamiento holístico, numerosos investigadores (Andressen, Macary, Ramón Torres, entre otros) han dedicado su trabajo a lo largo de los años para intentar desentrañar los misterios que la boca guarda.
Equilibrio necesario
Estos especialistas parten de que el cuerpo humano depende de tres cosas: la respiración, masticación y excreción y de su equilibrio dependerá nuestra salud. Si la masticación es correcta (por ambos lados, derecho e izquierdo alternadamente), la respiración también lo es y por ende la excreción. Cualquier trastorno en la boca, falta de desarrollo, obturaciones inadecuadas, o ausencia de dientes trastoca el equilibrio de vida.
La boca, tomándola de oreja a oreja, es la única articulación del cuerpo que va desde un lado al otro de la «línea media» del cuerpo y por esta exclusiva condición, es la encargada de equilibrar todas las funciones del organismo.
El paladar es el piso de las fosas nasales y si está poco desarrollado, las vías de la nariz estarán estrechas, incapacitadas físicamente para efectuar una correcta respiración. De hecho, sólo se respira por el lado con el cual se mastica.
La masticación correcta es «bilateral refleja». Una vez de un lado y otra del otro; de ese modo la circulación se entrecruza en el centro y la respiración se efectúa de lado a lado equilibradamente. Una boca desequilibrada, indican los investigadores, recupera su equilibrio mediante la «ortopedia maxilar», que es una disciplina interesada en corregir las anomalías del desarrollo cráneofacial, consta de aparatos confeccionados en acrílico y alambre de acero inoxidable, que se colocan «sueltos y flojos» en boca y que trabajan con los reflejos cerebrales, no con la voluntad del paciente, sea esta la edad que sea, logrando recuperar el equilibrio perdido de la vida. Este trastorno viene ya determinado desde la lactancia.
Para los dentistas que trabajan en esa línea, la leche materna es «importantísima» en el desarrollo del niño porque le hace trabajar su respiración y masticación. Aseguran que «el bebé que no es amamantado, detendrá su desarrollo bucal, nasal y todo lo que lo circunda, de modo que tendrá una gran desarmonía en sus arcadas» por lo que tendrá «imposibilidad física para comer y como no puede respirar correctamente, lo hace por lo boca, esto provoca sequedad, halitosis, amigdalitis, ésta complicará las áreas cincunvecinas: laringe, faringe, oído medio, cuerdas vocales, etc.» Por tanto, salvaguardar el acto de amamantamiento materno se convierte en «la defensa del sistema respiratorio y con él la vida misma», afirman.
Sin embargo, cada vez los odontólogos encuentran más casos de pacientes que respiran por la boca, lo que se conoce como el «Síndrome de Respiración Bucal».
Respirar por la boca
Éste corresponde a un déficit de maduración, como si la criatura hubiese nacido sin haber terminado su desarrollo completamente. La boca típica del respirador bucal posee malposiciones dentarias, labios secos, y sin tono, encías enrojecidas,… Esto indica una «equivocación de funciones». El niño no usa su nariz, la cual aparece como meros orificios virtuales, incluso juega a meterse palitos, guisantes, botones por esos orificios secos y sucios». Las amígdalas, órganos defensivos, vecinos a la cavidad bucal, están permanentemente inflamadas, el aire que penetra por la boca, la suciedad y la sequedad las agrede constantemente, por vecindad las trompas de Eustaquio participan de la inflamación y la llevan hacia los oídos, produciendo otitis media a repetición, con el consiguiente peligro de una meningitis y así sucesivamente.
Alimentación
Otro factor que incide en estos trastornos es una alimentación inadecuada, a base de leche de vaca, comidas enlatadas, congeladas, embotelladas, azúcar blanca, alimentos licuados, molidos, con aditivos químicos o conservantes. «Todo es una triste agresión constante a nuestro organismo el cual como cualquier otro del reino animal requiere solamente los productos extraídos directamente desde la tierra: frutas, verduras, cereales, etc.» declaran los investigadores. Esta agresión provoca degeneración en el sistema masticatorio-respiratorio del ser humano y los resultados son la hiperactividad, el asma, las alergias, y pies planos, entre otras patologías. Y todas ellas poseen el mismo origen: «el niño que no mama tampoco podrá jamás masticar correctamente y si no mastica no respira.»
En este sentido, el trabajo de la «ortopedia maxilar» intenta devolver esa fisiología correcta a la boca y al hacerlo logra corregir la capacidad respiratoria.